Evaluación inicial: Realiza una evaluación inicial de los sistemas y equipos de los clientes para identificar posibles problemas o áreas de mejora.
Realiza análisis de riesgos para identificar posibles puntos de falla o vulnerabilidades de seguridad.
Implementación de medidas preventivas: Realiza actualizaciones regulares de software y sistemas operativos para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo. Configura software antivirus y firewalls para proteger contra amenazas de seguridad. Configura copias de seguridad automáticas y realiza pruebas periódicas para garantizar la integridad de los datos. Realiza mantenimiento regular de hardware, como limpieza de ventiladores, para prevenir problemas de sobrecalentamiento.
Educación del cliente: Proporciona a los clientes capacitación sobre buenas prácticas de seguridad informática y mantenimiento preventivo. Ofrece recomendaciones sobre cómo optimizar el uso de sus sistemas y software para mejorar el rendimiento y la seguridad.
Registro y priorización de incidencias: Los clientes informan sobre problemas técnicos al equipo de soporte, que registra y prioriza las incidencias según su gravedad y su impacto en el negocio del cliente.
Diagnóstico y resolución de problemas: Los técnicos de soporte investigan los problemas reportados, realizan diagnósticos y trabajan para resolverlos.
Se utilizan herramientas de soporte remoto cuando sea posible para diagnosticar y solucionar problemas de manera eficiente.
Comunicación con el cliente: Mantén a los clientes informados sobre el progreso de la resolución de problemas, proporcionando actualizaciones periódicas sobre el estado de las incidencias. Proporciona orientación al cliente sobre cómo evitar problemas similares en el futuro.
Pruebas y verificación: Después de implementar soluciones, se realizan pruebas para garantizar que los problemas se hayan resuelto completamente. Se solicita retroalimentación del cliente para confirmar que están satisfechos con la resolución de los problemas.
Análisis post-incidente: Después de resolver un problema, se realiza un análisis post-incidente para identificar las causas subyacentes y tomar medidas para prevenir problemas similares en el futuro.